La verdad, es que sea cual sea el tipo de evento que estemos organizando siempre esperamos que aunque no quede como imaginamos, al menos que “parezca” algo bien organizado, es decir, sin acontecimientos inesperados que den problemas para seguir adelante con la fiesta. Con esta ausencia de problemas consideramos que el evento ha sido un éxito.
Así es como se empieza con el pie izquierdo, ¡jamás improvises! todo debe estar acomodado de tal manera que tú y tus invitados puedan sentirse seguros. De por sí, para el anfitrión es pesado, porque tiene que estar al tanto de todo, pero no tiene por qué ser algo tan agotador y estresante. Planificar un evento incluso te ahorra mucho dinero, muchos recorridos y vueltas innecesarias y sobre todo tiempo. 😉
Estas son las etapas de la planificación, para que puedas estar un poco más orientado:
- Detección de necesidades por ejemplo: mesas, sillas, micrófono, proyector, etc.
- Definir objetivos razón de ser del evento y qué quieres lograr con ello.
- Público toma en cuenta el público que asistirá, abierto o cerrado.
- Tipo de evento social o empresarial.
- Cantidad de asistentes
- Fecha y sede
Para planificar un evento debes tener un buen sentido de la organización, porque hay cada detalle que necesita especial atención y muchas veces algunas cosas pasan desapercibidas y no es hasta el día del evento que se complican las cosas. Si de verdad, no te sientes muy seguro de cómo ejecutar cada uno de estos puntos, no te preocupes, hay expertos en la planificación de eventos que una vez que compartas tus ideas con ellos, sabrán a la perfección cómo guiar todo desde un principio, hasta su final. Planificar un evento ya no tiene porque ser algo agobiante. ¡Anímate de llevar a cabo una grata experiencia para tus invitados!
